Todos tenemos el derecho a elegir cual camino queremos seguir en nuestra vida.
Uno, sentarnos y lamentarnos por todos los problemas que nos pasan en la vida,
y el otro, levantar nuestras cabezas y enfrentar la vida con entereza, sin dejarnos
sucumbir ante el dolor y los tropiezos del día a día.
Es algo con lo que debemos aprender a vivir aunque no nos gusté. Por un lado,
se resuelve un problema y por otro, llegan mil mas y aun peores que el anterior.
Sentarnos a lamentarnos no resolverá nada, encerrarnos en nuestro propio
mundo solo contribuye a que el problema se haga más grande.
No es fácil, pero debemos sacar fuerzas de donde no tenemos y enfrentar la vida
No es fácil, pero debemos sacar fuerzas de donde no tenemos y enfrentar la vida
con gran valentía, porque si no, será ella misma quien nos consuma y en el ocaso
de nuestra vida nos preguntaremos, “que hubiera pasado si yo hubiera actuado
para resolver aquél problema”...
La presencia de la felicidad y la desdicha, también son parte de nuestra vida y
solo depende de nosotros abrazar la felicidad o la desdicha...
Felicidad era un camino floreado, lleno de orquídeas, rosales, jazmines, bambú…
lavanda, lotus, romero, verbena, cuyo olor no me era desconocido, pero sí casi
olvidado.
El suelo rociado por sus pétalos de variopintos colores, una sensación de gozo
que hacía elevarme por todos los espacios, como cual mariposa con alas grandes
que podía volar por lugares insondables.
Podía ver como a un lado aparecía una cueva, oscura y angosta, casi escondida
entre las ramas, aunque Felicidad no la ignoraba en el estado en que se encontraba,
la disipaba... la ignoraba... se llamaba Desdicha.
Desdicha solía tentar cada instante a Felicidad, sus tentáculos eran tan grandes y
oscuros que se creía capaz de atraparlo todo, de estropearlo todo, arrebatando
todo lo que encontraba a su paso, todos los momentos y cada minuto que sentía
Felicidad.
Desdicha soltaba desagradables palabras para evadir y confundir a Felicidad, pero
Felicidad sabía contestarle sin reparos… porque ella sabía lo que sentía.
¡Mira Desdicha! tus tentáculos a mi no me afectan... porque te conozco, se que yo
soy efímera, que puedo durar tan sólo minutos, días, incluso años, pero tú jamás
podrás borrar de mis raíces el éxtasis divino ni terreno que yo siento.
Desdicha respondió... "Bueno... bueno... ya se que tu sabes... solo te advierto para
que no olvides quien soy".
“Precisamente vieja amiga –respondió Felicidad- porque sé quien eres, intento
hacer de todo lo que siento más agradable, sublime, dulce y placentero, para que
cuando aparezcas, pueda refugiarme en mis entrañas y alimentarme de las semillas
de los recuerdos, que ni tu ni el hermano Desamor pueden borrarme.”
”Nunca olvides Desdicha, que yo me llamo Felicidad, mis palabras ocultan el legado
más grande que el Creador nos dio, y están compuestas por mi hermana FE y por
mi hermana EDAD, aunque no lo entiendas, quiere decir que la Fe hace mover montañas, hace crecer las aguas, hace mas caudalosos los afluentes del río,
capaz de hacer nacer semillas incluso en una tierra infértil, POR AMOR une todo
lo separado, no tiene edad... porque es infinita y eterna, aunque estés ahí, tu cueva
no es más grande que mi Universo.”
Dios te ofrece un mundo lleno de oportunidades, cada mañana el Señor nos ofrece
un nuevo comenzar, esta en ti aprovecharlo al máximo y no dejarte arrastrar por
todas la pruebas que se asoman a tu vida, ¿que no es fácil? lo se, ¿que decirlo y
escribirlo es fácil? también lo se… ¿que no estoy dentro de tus zapatos? me consta
perfectamente.
Tienes que luchar por lo que realmente quieres...
Ahora es tiempo de ponerte tu casco protector y empezar a luchar por lo que
realmente deseas en tu vida… es hora de buscar tu escudo.
Tus armas… LA BIBLIA, la palabra que Dios nos dejó para enfrentar la vida.
Tu casco protector… LA ORACIÓN, ella te lleva directo con Dios.
Tu escudo Dios, mejor escudo que ese no existe, te lo garantizo por fe, pues grandes
cosas pasaron en mi vida y solo Dios me protegió…
No importa cuales sean la pruebas que lleguen a tu vida, eso no lo podrás cambiar.
Pero lo que si puedes cambiar es la manera de vivir tu vida, la manera de enfrentar
los obstáculos que te llegan día a día
No le digas a Dios cuan grande es tu problema. Dile a tu problema cuan grande es
Dios.
Y nunca olvides que Dios es como el aire, no se ve, pero se deja sentir siempre.
Reciban bendiciones, y que el espíritu de Dios habite dentro de cada uno de sus
lindos corazones....Para que el amor, paz salud y felicidad esté siempre en sus
vidas.
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