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viernes, 10 de septiembre de 2010

LOS CAMINOS DE DIOS.





Los caminos de Dios 
¡Profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! :Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Romanos 11:33.
José Carlos Bezerra, un joven pastor y comandante de la lancha Luzeiro XXI, cumplía su itinerario normalmente en esa mañana de 1985. De acuerdo con lo previsto, José Carlos debía parar en un determinado punto del río Madeira, pero repentinamente sintió dentro de sí la profunda convicción de que debía continuar. ¿Instinto? ¿Presentimiento? ¿Revelación? ¿Alguna vez te pasó algo parecido? Casi sin saber el motivo, José Carlos siguió avanzando por el río. La esposa le preguntó intrigada:

-¿No debíamos parar en aquel lugar?
-No sé, no sé lo que me está sucediendo.
Una hora después vieron a alguien que hacía señas desde el otro lado del río y se acercaron a la playa. Encontraron a un hombre desesperado, clamando por ayuda.
-Estoy aquí arrodillado hace tres horas, esperando que alguien apareciera para ayudar a mi esposa -dijo el hombre angustiado.
José Carlos y su esposa consiguieron, con la intervención de Dios, salvar la vida de esa mujer, que estaba teniendo serias dificultades de posparto. Hoy existe allí, en laEstancia San Pablo, a orillas del río Madeira, una iglesia erigida por el señor Miro, el hombre que en aquella mañana estaba a orillas del río pidiendo que Dios hiciera aparecer a alguien que entendiera de medicina para ayudar a su esposa.
“¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!”, dice el apóstol Pablo. ¿Cómo entender los planes que Dios tiene para nosotros? ¿Cómo salvar la vida de esa pobre mujer allí, en el interior de la región amazónica, sin hacer sentir al joven pastor la profunda convicción de que debía continuar sin detenerse en el punto previsto del itinerario?

Es posible que hoy necesites tomar una decisión que será definitiva para resolver una situación. Pide con fe la orientación divina en su Palabra. Después, arrodíllate y haz tu decisión en nombre de Jesús. Deja que te oriente, actúa confiando en la “profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios”. Él no fallará. Sabrá llevarte por caminos adecuados, abrirá las puertas en el momento oportuno y hará brillar el Sol en medio de la obscuridad. ¡Él es tu promesa! Confía en él
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