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viernes, 22 de octubre de 2010

HAZ LO QUE PUEDAS Y DIOS, HARÁ LO QUE NO PUEDAS.


Hace muchos años en una pequeña escuelita de un pueblo en los estados unidos ,un pequeño joven tenía la tarea de encender una vieja estufa antes de que llegaran a estudiar su maestra y sus compañeros de colegio.
Una trágica mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas.
 Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio.

Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron urgente al hospital del condado.
sus familiares al mirar tan terrible estado en el que había quedado el niño , horriblemente quemado y casi muerto no hacían mas que llorar y orar pidiéndole a Dios, la pronta recuperación de la alegría de la casa.

El médico le decía a la madre que tenía que ser fuerte , y que lo mejor que le podía pasar era morir ya que las secuelas de tan horrible accidente eran incurables, ya que el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo dejándolo sin movimiento.

De alguna manera, para gran sorpresa del médico y su familia, el pequeño niño sobrevivió al decidir que no se iba a dejar morir si no que iba a vivir.
Después de unas largas semanas de recuperación, el diagnostico de los médicos eran que el chico caminaría. 
Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.
Finalmente, le dieron de alta. todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada.
No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

Cuando no estaba en la cama, estaba confinada a una silla de ruedas.
Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco.
Aquel día se tiró de su silla de ruedas al suelo y comenzó a arrastrarse por el piso llegando hasta el lavadero de la casa, con mucho esfuerzo logro ponerse de pie y empezó a caminar paso por paso.

Todos los días se dedico a realizar esa misma actividad con el fin de fortalecer sus piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus mensajes  diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.
Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. 
Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.

Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de sobrevivir, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham, llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más veloz  del mundo!

Moraleja de esta hermosa historia de superación :
Haz lo que puedas y Dios hará lo que no puedas,

Marcos 10:15

"Les aseguro que si alguien no confía en 
Dios como lo

 hace un niñito, no podrá ser parte del reino de Dios".

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